Veronica Flamenco
Rechazando la sobredosis de un engaño infernal
Updated: Aug 14, 2021
Hace un par de días realicé una encuesta en mi Telegram donde hice la siguiente pregunta: ¿por qué resistes a la "vacuna"?
Los participantes podían elegir una (ó más) entre las siguientes respuestas:
porque usan células de bebés abortados
porque son experimentales/no aprobadas
porque no quiero perder mis derechos y libertad
porque entiendo que la "vacuna" es el ticket/control hacia el Gran Reseteo (Nuevo Orden Mundial)
Todas las de arriba
Más de 1,300 personas participaron en esta encuesta y he de confesar que sus repuestas me sorprendieron bastante.
Mientras que un 23% eligió la número 1 (cuestión moral), 24% eligió la 2 (seguridad y eficacia), 14% eligió la 3 (libertad/derechos), 15% eligió la 4 (ticket para el Gran Reseteo), y el 81% de todos los participantes también eligió la número 5 que incluía todas las respuestas en una.

El objetivo de la encuesta fue para entender mejor los motivos principales que la gente tiene para resistir a la inyección ya que algunas de las preguntas más frecuentes que recibimos por redes sociales, correo electrónico y la página DavidContraCoviat.org son: ¿qué vacuna no usa líneas celulares de bebés abortados?, ¿cuando va a salir una vacuna ética?, ¿qué vacuna ya está aprobada ó cuando las van a aprobar?, ¿cómo le hago para que no me obliguen a vacunarme?, ¿cuál cree que es el fin de la vacunación masiva?, entre otras. Dado a que las primeras tres preguntas tienden a ser las más populares, me daba la impresión que la objeción principal de la gente era solamente el tema ético/moral (que sin duda es lo más importante). Sin embargo, después de ver los resultados, me sorprende positivamente y me llena de esperanza saber que 8 de cada 10 personas (de los participantes) resisten porque están conscientes que a través de la "vacuna", la humanidad (víctima de este plan) está siendo también inyectada con una sobredosis de: aborto, despoblación, progresismo, tiranía, totalitarismo, opresión, degradación transhumanista, masonería, globalismo, anti-cristianismo, persecución, crímenes, impunidad, en una sola frase: un engaño infernal.
Es bastante evidente que los principales promotores y auspiciadores de este experimento biológico mundial (llamado vacunación Covid) son los mismos que nos promueven la Agenda 2030 (aborto, eutanasia, ideología de género, [mal] educación sexual, matrimonio homosexual, control poblacional, cambio climático, cambios de sexo, etc.) y el mundo donde no poseerás nada pero "serás feliz". La mal llamada vacuna es un vehículo de iniquidad y está siendo usada como el ticket hacia la "nueva normalidad" que es el control absoluto de las masas. Vean cómo se apresuran para implementar los nuevos pasaportes Covid (credenciales, pase verde, carnet de vacunas) que no serán opcionales sino obligatorios. Nos enfrentamos ante una siniestra agenda insaciable de poder, riqueza, control y destrucción masiva (ve este corto vídeo: conspiración sí, teoría no). Y precisamente por todo esto mencionado vemos por qué la mentalidad y comportamiento Covidista es tan similar al progresismo que ya conocemos: dogmático, fanático, irracional, anti-natural, contradictorio, caótico, separador, degradante, egoísta. Sin embargo, a pesar de que esta pseudo-religión y motor de ingeniería social Covidista sea una extensión progre, curiosamente está llena de contradicciones, porque ante el tema vacunas no es válido el argumento pro-aborto “mi cuerpo, mi decisión”, tampoco el argumento de “me auto-percibo vacunado” y mucho menos la diversidad de vacunados, no-vacunados ó trans-vacunados...Sus nefastos slogans en estos casos quedan anulados.
Aquí está en juego todo: La vida, la libertad (incluida la religiosa), nuestros derechos humanos más básicos, la verdadera justicia y la paz.
Quienes resistimos al pinchazo resistimos a todo este azufre vomitado por los globalistas - porque no queremos un mundo donde reine la mentira y su padre, satanás, la esclavitud, el pecado, el caos, la muerte...Queremos un mundo lleno de vida, fértil y libre, pero no para hacer lo que se nos dé la gana, sino un mundo auténticamente libre para escoger lo bueno, lo justo, lo santo, un mundo digno donde reine Cristo, Rey del Universo. Para eso es la verdadera libertad, para nada más.
Estamos en un guerra entre el bien y el mal. Comprender esto es clave para poder mantenernos firmes hasta el final. Pero lo más importante y esencial es permanecer unidos a Nuestro Salvador. Sólo por Cristo, con Él y en Él saldremos victoriosos. Debemos recordar que Dios está en control de absolutamente todo - nada pasa si no es Su santa voluntad (lamentaciones 3:27). Nuestro Señor, Padre amoroso, fuente de fortaleza, sabiduría y consuelo, está al tanto de nuestras angustias, escucha nuestras oraciones, cuida de su pueblo fiel. Su respuesta por ahora es: Espera y confía. Confiemos pues en Él y en Su divina providencia. Nuestro Dios de los ejércitos cumple sus promesas y no decepciona a quienes buscan amparo en Él. Dios es el mismo ayer, hoy y siempre. Imploremos su misericordia y justicia divina. La batalla ya la tenemos ganada. Cristo Resucitado ya venció el pecado y la muerte. Solo es cuestión de tiempo. Decía el gran Fulton Sheen: "El demonio podrá tener su hora, pero Dios tendrá su día". Hermanos, recordemos que entre más grande sea la prueba, ¡mayor será la victoria!
Sin cruz no hay resurrección. Que Dios nos dé la gracia a todos para no ser confundidos y para mantenernos firmes y fieles hasta el final.
¡Adveniat regnum tuum!
¡Venga a nosotros tu reino, Señor!
Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros.
SALMO 13
Del maestro de coro. Salmo de David.
¿Hasta cuándo me tendrás olvidado, Señor? ¿Eternamente?
¿Hasta cuándo me ocultarás tu rostro?
¿Hasta cuándo mi alma estará acongojada
y habrá pesar en mi corazón, día tras día?
¿Hasta cuándo mi enemigo prevalecerá sobre mí?
¡Mírame, respóndeme, Señor, Dios mío!
Ilumina mis ojos,
para que no caiga en el sueño de la muerte,
para que mi enemigo no pueda decir: «Lo he vencido»,
ni mi adversario se alegre de mi fracaso.
Yo confío en tu misericordia:
que mi corazón se alegre porque me salvaste.
¡Cantaré al Señor porque me ha favorecido!
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